jueves, 29 de enero de 2015

El gimnasio (2ª parte)

  Cuando pasaron unos días y Diamante olvidó el incidente en el vestuario femenino, su cuñado y él fueron al gimnasio, para pasar la prueba de fuego, el primer día de gimnasio. El chino Juan los saludó cordialmente cuando los vio aparecer con sus bolsas de deporte.
Una vez realizada la inscripción se dirigieron a Fabiola, la encantadora y sexy monitora que no le quitaba ojo a Wen.

Fabiola: - ¿Os han dado ya el plan de entrenamiento personalizado?
Wen: - No, no tenemos nada.
Fabiola: - Pues venid conmigo. Tengo que pesaros, mediros y que me deis algunos datos, en función de eso y de lo que necesitéis os haremos un plan con una tabla de ejercicios.
Diamante: - ¡Genia! Nos vamos a poner más fuertes que el Chorchenaguer...
Wen: - Ponte recto Wen, así... Muy bien. Estás en tu peso, ¿eh? No te sobra ni un gramo de grasa.
Fabiola:- Y ahora tú, Diamane...
¡PUM!
Fabiola: ¡Oh, pero qué te ha pasado! ¿Estás bien?
 Socorroooo...
 Fabiola: - Ray, voy a ver que le ha pasado. Por favor,- ocúpate tú del plan de este nuevo cliente. (Aparte) La del moreno me la dejas a mí...
Ray: - Nos volvemos a ver las caras...
Diamante: - ¡Tú! Ahora te recuerdo. Tú eras el robakekas del hotel donde pasamos Sus y yo nuestra luna de miel. Grrrrrr...
Ray: - Sin rencores, amigo. Ahora me he venido a vivir a esta ciudad y tengo un nuevo trabajo. No quiero problemas. ¡Pero qué veo! ¡Problemas de sobrepeso!... Hmmm... En un momento crearé las tablas de ejercicios para cada uno, por favor, mientras tanto podéis id a cambiaros.

Unos minutos después Wen y Diamante se encontraban de nuevo en la sala de máquinas y tenían en sus manos un plan intenso de ejercicios para las próximas semanas.
 Wen estaba contento con el plan y se dirigió a calentar. Fortalecería y moldearía sus músculos paulatinamente. Diamante, en cambio, se quedó un poco impactado ante el intenso plan de ejercicios. Pero lejos de venirse abajo, hizo gala de su orgullo pirata..
Diamante: - Puedo con esto y más...
Ray: - Diamante, a ti te he tenido que incluir en el PG....
Diamante: - ¿PG?
Ray: - Plan de gordos. Esas mantecas hay que bajarlas. Pero no te preocupes que aquí estamos para ayudarte con tu problema. Y no estás solo.
 Ray: - ¡Vamos, calvito, duro ahí! ¡A darle a las piernas! ¡Los he visto mucho más ligeros moviéndose! ¡Os pesa vuestro gordo trasero! Un, dos... tres, cuatro..
Fabiola: - Hola, Wen... Ten cuidado al levantar... Si no has calentado bien, pueden surgir problemas...
Wen: - Upps... sí...
Wen se puso rojo como un tomate. La forma de moverse de esa chica, esas potentes miradas  y su intencionada forma de buscar conversación con él lo hacían ponerse muy nervioso.
 Mientras Diamante seguía pedaleando y ya casi no sentía las piernas.
 Ray: - ¡Más rápido! ¡Qué no se diga! ¡Esas piernas están flojeando!...
Ray: - Sube y baja, sube y baja, ¡Movimientos rápidos y estiramientos de brazos! ¡Venga, vengaaaa, panda de fofos! Hay que conseguir eliminar por completo esos polvorones acumulados...
Ray: - Ahora probaremos con otro ejercicio. Se trata de ver tu resistencia haciendo dominadas. Fíjate en aquel chico como lo hace.
Sabrina: - ¡Y veinte! Cari, eres el que más dominadas haces.
 Fabiola: - Yo si quieres te puedo ayudar a mejorar tu entrenamiento... ¿Qué haces este fin de semana?...
Wen: - Yo... estoy muy ocupado, tengo que quedarme con mis sobrinos...
Fabiola: - ¡Tienes sobrinos! Me encantan los niños. Y salir con ellos a pasear...
Wen: - Los míos no salen... Están con fiebre muy contagiosa... Y ha recomendado el médico que no salgan y cuanto menos contacto con ellos mejor. Es muy muy contagioso...
Ray: - ¡Vamos, Diamante! ¡Hasta los jamones que cuelga mi abuela para curar se mueven mejor que tú!
Ray: - ¡Levanta las piernas! ¡Y mete la tripa y el culo!
Diamante: - Grrrr...
Ray:- No estás en forma para trepar por tu barco...
Diamante: - Iaaaaaaaaaaah
Sabrina: - ¡No me lo puedo creer! ¿De verdad eres Clidal? Yo te he leído mucho en las revistas. Fiora no te merecía... ¿Sabes? A mí me encanta también hacer deporte... Soy socorrista en verano... ¡Ufff, qué calor hace aquí!...
Feliciano Clidal: - Sí, tanto sudor... Vamos a tener que ir ya a darnos una ducha refrescante...
Sabrina: - Mmm... me gusta la idea... Pero tampoco tenemos que enfriarnos demasiado, ¿no?
Ray: - Levanta tu peso y aguanta ahí...Tienes que perder peso, calvito. Tienes más chichas que un puerco. ¡Corre! ¡Qué te vea sudar!

Fabiola: - ¿Y un café la semana que viene?
Wen: - Yo...
Ray: - A ver si esto se te da mejor. Vamos a ver cuánto eres capaz de levantar...
Diamante: - Iahhhhhh
Ray: - Te veo muy ligero, vamos a añadir algo más de carga...
Diamante: - Iahhhhhhhhh...
Ray: - Aún vas muy suelto. Pongamos un poco más de peso.
 Diamante:- Iaaaaaaaahhh
Ray: - Un poquito más...
Diamante: - Creo que no puedo más... Voy a romperme...
 Ray: - ¡Qué no se diga! ¿Y tú eres un pirata?
Viendo en peligro su amor propio y orgullo, Diamante hizo un último esfuerzo y consiguió levantar por encima de su cabeza la ingente carga.. 
Diamante: - ¡SÍIIIIIII! ¡LO SOYYYY!
 Pero las piernas se le doblaron y sintió que se partía en dos. No pudo contener más el peso y se desplomó de golpe cayéndole encima las pesas.
Diamante: - ¡Uagggghhhhh!...
Ray: - Vaya eso ha tenido que dolerte...
Diamante: - ¿Mámi?..
Wen:- Diamante, tenías razón, un poco de ejercicio me ha venido fenomenal. ¡Uy! Tienes mal aspecto. ¿Te encuentras bien?
Diamante: - Estoy muerto, Wen... No siento de cuello para abajo, cuñado...

Sabrina: - Voy a ducharme y cambiarme, John...
John:- ¿Nos vamos?
Sabrina: - No, tú sigue entrenando un poco más. Ya sabes como somos las chicas. Me llevará un buen rato lavarme el pelo y echarme mis potingues...
John: - Está bien...

A Wen le había sentado bien esa hora sudando aunque no se había sentido muy cómodo con las proposiciones tan directas de la monitora, que le habían pillado un poco fuera de juego. Diamante, en cambio, estaba agotado. Estaba deseando llegar a casa, comerse un par de huevos fritos con patatas y un buen trozo del pastel que había hecho Sus el día anterior y del que aún quedaba en la nevera más de la mitad. Después se tumbaría en el sofá y no pensaba moverse de ahí hasta el día siguiente. 
Diamante: - ¡Maldito plan de adelgazamiento!...
El vestuario estaba lleno de clicks con cuerpazos que parecían poner posturas frente al espejo para lucir los pectorales y la tableta. Diamante se había quedado muy pensativo. Las palabras del monitor llamándolo fofo resonaban en su cabeza.
  Un click se quedó mirando a Diamante, creyó reconocerlo y estuvo a punto de saludarle pero finalmente no se atrevió.
Diamante se empezó a vestir. Parado frente al espejo se examinaba la grasa que le sobraba. La camiseta parecía estarle más justa que nunca. Los michelines querían asomar por todas partes. Se sentía a punto de estallar.
Diamante:- Oye, Wen, ¿tú crees que me sobran tantos kilos?
Wen: - Pero qué dices, Diamante, a mí me encantas si no como te iba a agarrar de tus chichitas, jajajajaja. 
Diamante: - ¡Eh! ¡Sin tocar las chichas! ¡Qué te doy! 
Wen: - ¿No irás a hacer caso al monitor ese? ¡Tú eres un pirata!
Diamante: - Me puso en el plan de los gordos... Ha dicho que tengo que bajar diez kilos. ¡Cómo lo odio! Grrrrrr...Con ese cuerpecillo que tiene... Wen, ya sé que lo del gimnasio fue idea mía y me costó bastante convencerte pero yo no sé si voy a volver...
Wen: - ¿Por ese tío? ¡No tiene ni media torta, Diamante!
Diamante: - ¿Sabes qué, Wen? ¡Está decido! ¡Volveré! ¡Y vengaré a mis compañeros gordos!
Diamante: - ¡Sí, lo haré por todos los gordos del mundo! Pero primero me tengo que recuperar... ¿Pasamos por la pastelería y nos compramos unos donuts?
Wen: - ¡Vamos!
Sabrina: _ ¿No queda nadie?... Saldré ahora...
Sabrina salió de puntillas y deprisa de la zona de duchas del vestuario masculino.
John:- ¡Sabrina!
 La exsocorritas se asustó y dio una encogida al encontrarse de golpe con John. 
John:- ¿Pero aún estás así?
Sabrina: - Yo... Me tuve que echar una mascarilla para el pelo y dejarla actuar. Pero enseguida me visto.
John: - ¡Qué coquetuela eres! ¿Me echo un poco de agua y nos vamos a casa? Me ducharé más tranquilo allí. Tengo unas ganas de llegar a casa, abrazarte y ver una peli muy juntos... ¿Te parece bien?
Sabrina: - ¿Juntos? ¿Eh?
John: - ¡Sabrina! ¡Pero en qué estás pensando! Digo que si me ducho mejor en casa.
Sabrina:- ¡Ah! Vale, bien, bien. Sí, vámonos cuanto antes...
John recogió ràpido. Estaba deseando llegar a casa. Prepararía para cenar una receta de pollo al limón que le había pasado el chino Juan y que le encantaba a Sabrina. En el vestuario solo quedaba un click. John tenía un olfato policíaco especial para captar caras de sospechosos. Le llamó la atención la de aquel click que bajó los ojos cuando se cruzaron sus miradas. Pero estaba fuera de servicio y no le dio más importancia. Estaba cansado y lo único con lo que soñaba era con descansar en casa junto a la clack que amaba y lo esperaba en la puerta.
John: - ¿Lista?
Sabrina: - Sí
John: - Te vas a chupar los dedos con el pollo al limón que te voy a preparar...
Eran casi las diez. Ya estaban a punto de cerrar el gimnasio. Chelo se puso a limpiar los vestuarios. Había sido contratada por la misma empresa del hotel para trabajar allí por las tardes. Pasaban tantos clicks y clacks a lo largo del día por aquellas paredes y escuchaba y veía tantas cosas que no tenía tiempo de aburrirse. Le extrañó que el señor Clidal siempre tan educado no se despidiera aquel día.
Una cámara de fotos sobresalía encima de uno de los bancos del vestuario. Era frecuente que los clientes perdieran objetos en el vestuario. Chelo se acercó para introducirla más en la bolsa y que amantes de lo ajeno no se vieran en la tentación de sustraerla.
Se acercó y vio que estaba encendida. La curiosidad nata de la limpiadora le pudo y la cogió entre sus manos para mirar la foto.
No podía creer lo que veía.
La foto había sido tomada en las duchas del gimnasio. El señor Cladal estaba con una joven clack rubia...
  A Chelo le subió un repentino calor y se puso un poco nerviosa. Metió rápidamente la cámara en el bolso. Intentado dejarla lo más parecido a lo que estaba y se alejó de allí.
                                FIN