sábado, 1 de febrero de 2014

La pizzería 2

     Sabrina seguía trabajando a destajo en la pizzería. Atendía a los clientes, fregaba las bandejas y soportaba a los niños, que nunca le habían gustado. Desde su apertura no habían faltado clientes, amantes de la pizza y curiosos que se habían acercado hasta allí, para disfrutar de una sabrosa pizza cocida en el horno de piedra. 

Sabrina: - ¡Estoy hasta el moño ya de tanto niño! ¡Me he tirado una hora contando moneditas!
Chuy: - Ven con nosotros, Sabri, y relájate un poco. Aunque también estábamos contando moneditas, jajajaja.
Fatu: - Vamos a ver que hay en el bote para repartir, que ya está lleno.


Chuy: - Un adelanto de la paguita, ¡por fin mañana cobramos! Oye, ¿os apetece que abramos una botellita de champagne del bueno para celebrar nuestra primera semana? Aprovechando que el jefe no está...
Pietro: - ¡Excelente idea!

Fatu: - ¿Y por qué brindamos?
Chuy: - Por la amistad y el compañerismo. Me encanta el buen rollo que hay entre nosotros.
Sabrina: - ¡Y por la paga también!
Pietro: - ¡Sí, por la paga! Jajajajajaja

   Al día siguiente al terminar la jornada, todos hicieron cola para recibir su paga. Sabrina esperaba ansiosa ese momento. Pensaba comprarse con su primer sueldo un vestido de fiesta y unos zapatos de tacón, a los que les había echado ya el ojo.
Pero cuando vio lo que le entregaba su jefe como paga, la sorpresa y la decepción la invadieron primero, dando paso después a la ira.
Sabrina: - ¿Se trata de una broma? He trabajado más que en toda mi vida; he atendido el dichoso teléfono, a niños y clientes desquiciantes en el local, limpiado mierda a destajo, preparado pizzas, las he llevado a domicilio... ¡He hecho de todo! ¡Me he esforzado! ¡Y mucho! ¿Y todo por esta miseria de paga?
 Vio la cafetera y sintió unas terribles ganas de machacar ahí mismo a su jefe con ella.
 Deseaba dejarlo ahí tirado y llevarse toda la recaudación. Ese egoísta avaricioso.
 Pero pensó en los consejos del chino Juan y contuvo su ira. Respiró y se calmó un poco.
Jefe: - ¿Qué sucede, Sabrina? ¿Por qué me miras así? 
Sabrina: - Yo esperaba llegar al menos a los cien cleuros...
Jefe: - Sabrina, ¡qué más quisiera yo! Sabes de sobra que estamos empezando y ahora tenemos muchos gastos. El negocio va bien pero hay que pagar muchas cosas y sobran empleados... No os lo quería decir... Pero no puedo pagar tantos sueldos, por lo que es probable que el mes que viene despida a algunos. Sería la manera de que trabajadores, como tú, pudiérais tener un sueldo más justo. Te he estado observando y veo mucho talento en ti. Me gusta cómo trabajas, por eso he decidido nombrarte encargada de personal. Yo no puedo estar aquí todo el día vigilando a esos holgazanes y necesito a alguien de mi absoluta confianza. Si pudieras hacerme un informe sobre cada uno de los empleados, me sería mucho más fácil decidir de quién podría prescindir. Por supuesto, cobrarías ciencuenta cleuritos más por ser encargada...
Sabrina: - ¿Cincuenta cleuros más?... (Sabrina dudó un instante. El hecho de tener la categoría de encargada y estar por encima de sus compañeros, la terminó por convencer) ¡Está bien! ¡Acepto!
Jefe: - Ya puedes empezar tu trabajo. Recuerda: ¡Ten bien abiertos todos los sentidos y apunta todo!
 
Luigi: - Hola, Sabri.
Sabrina: - ¿Bebiendo una cervecita fresquita? Estás cansado ya de tanto trabajar, ¿verdad?
Luigi: - Sí, estaba sediento y como ahora no había clientes... Me encanta esta cerveza... Pero si quieres que me ponga a hacer algo, dímelo.
Sabrina: -Nooo, sigue, sigue... refréscate...
 Rápidamente Sabrina apuntó en su libreta: Luigi bebe alcohol en horas de trabajo y a costa de la empresa...
Chuy: - ¡Me voy ya, Luigi! Y tú deberías hacer lo mismo, que ya es tarde y el jefe ya se ha ido. Cojo una pizza para cenar.
Luigi: - Muy bien, ¡hasta mañana!
Sabrina: - ¡Ajá!... Más para apuntar...
 Pietro: - Mis queridos amigos, me estabáis esperando... Tranquilos, ya os traigo vuestra cena...
 Pietro: - Hoy tenemos como menú una deliciosa pizza  de chorizo y champiñones...
 Sabrina: - Desperdiciando pizzas en alimentar a animales callejeros...
 Sabrina: - ¡Dios mío! ¡Guarda ratones en el bote de la miel! ¡Esta clack es una demente!
 Al cabo de unas semanas Sabrina tenía elaborado su informe y se lo entregó a su jefe.
 Cuando el jefe estuvo al tanto de los vicios de sus empleados, los reunió a todos.
Jefe: - Resulta que tenemos en esta empresa a una coleccionista de ratones, un alcohólico que roba bebidas a la empresa, otro caradura que se lleva la pizza gratis a casa y se marcha antes de trabajar y el que se piensa que esto es una ONG ¡para gatos y perros callejeros!
 Los empleados empezaron a protestar ante el rapapolvo que les cayó, sorprendidos por la información que manejaba el jefe. Había un chivato entre ellos y todos los ojos apuntaban a Sabrina, la nueva encargada.
Jefe: - Enséñame, Fatumata, lo que guardas en ese bote.
Fatumata: - ¡No! ¡El bote no!
Jefe: - Veamos... 
Jefe: - ¿Me puedes explicar qué significa esto? ¡Pensabas utilizarlos en las pizzas!
Fatumata: - ¡No, le juro que no! Sólo los guardaba para mí. Para picar entre horas...
Jefe: - ¿Para ti? ¡¡¡Estás loca!!!
Fatumata: - Tenía antojo de ratones con arroz, no lo pude evitar y me traje un botecito... En mi pueblo es una receta exquisita.
Jefe: - ¡Antojo! ¡Además de cochina, embarazada! ¡Y me lo habías ocultado! ¿Qué pretendías cobrar después estando en tu casa? ¡Estás despedida!
Chuy: - ¡Oiga, se está pasando! Fatumata puede comer lo que le dé la gana entre horas y se equivoca despidiéndola. Como trabajadores tenemos derechos, no somos sus esclavos.
Jefe: - ¡Aquí el único derecho que tenéis es a obedecer! ¿Quieres ser tú también el siguiente en ser despedido?
Chuy: - Yo...
Jefe: - Esta tarde fregarás los retretes y todo el local. ¡Ah! Y tu jornada va a ser en vez de media, de un tercio.
Pietro: - ¿Qué dice?
Luigi: - Ha despedido a Fatu y le ha reducido la jornada a Chuy...
Chuy: - Tranquila, Fatu. Búscate un buen abogado si puedes y denúncialo.
Jefe: - En cuanto a ti, Luigi, estás despedido también. Si quieres beber alcohol, te lo bebes en tu casa. ¡Borracho, ladrón!
Jefe: - Y tú, Pietro, ándate con cuidado. ¡Cómo vea un sólo animal más rondando el local en busca de comida, tu cabeza será la siguiente en rodar!
Chuy fregó esa tarde el retrete. Estaba harto de ese trabajo pero no podía dejarlo de momento. Aún tenía que pagar la moto que se había comprado.
   Sabrina se acercó a Chuy queriendo calmar los ánimos. Ahora sus compañeros la odiaban.
Sabrina: - Chuy... Estás muy callado...

Chuy: - ¿Qué quieres? Ve a hablar con tu amiguito el jefe si quieres conversación, traidora...
Esa misma tarde...
Jefe: - Quiero que estés bien atenta. Me han dado el chivatazo de que en las próximas semanas pasará por nuestro local el cliente misterioso.
Sabrina: - ¿El cliente misterioso?
Jefe: - Sí, se trata en realidad de un inspector que viene a examinar nuestro local. Y de su valoración positiva depende que nos den una estrella o incluso que cierren el local. Si ves a alguien de mediana edad, bien vestido, y que observe todo, ese es. Por favor, esmeraros en tratarlo bien. De ese informe depende que el local siga abierto y si es favorable, tú tendrás un extra de quinientos cleuros en negro este mes. 

Unos días más tarde, el local estaba lleno. Un grupo de motoristas habían parado en la pizzería para comer y Chuy no daba abasto en antender a los clientes. Mientras Sabrina hablaba por el whatsclick con su hermana Donna.
Chuy: - Sabrina, tenemos el local lleno, haz el favor de dejar el móvil y echar una mano.
Sabrina:- Pues menéate más rápido. Ese no es ni mi trabajo ni mi problema. Yo soy la encargada y mi trabajo es vigilar que tú trabajes...
Chuy: - Uffff...
Grey: - ¡Rubia, nos traes unas servilletas!
Sabrina: - ¡Levantas el culo y las coges tú si las quieres y si no te limpias con la mano!
Grey: - ¡Qué carácter!
Chuy: - Le viene de serie...
Cut: - Buenos días, quisiera una mesa para cenar.
En cuanto Sabrina oyó esa voz y vio a ese cliente repeinado, con traje, un maletín y esa sonrisa de anuncio de pasta de dientes, sintió que ese cliente escondía algo. Recordó las palabras de su jefe sobre el cliente misterioso. ¡Es él! Sus quinientos cleuros en negro estaban en juego.

Sabrina: - Buenos días, por supuesto que tenemos la mejor pizza para usted... En esta pizzería cumplimos los deseos de nuestros clientes...
   Chuy la miró atónito sin entender nada.
Chuy: - (¿Y ahora a esta qué la habrá picado para ser tan amable?)

Sabrina: - ¿Le gusta esta mesa? Siéntese. Si es demasiado dura la silla, puedo traerle un cojín.
Cut: - Gracias... No es necesario...
Sabrina: - ¡Chuy a ese cliente hay que tratarlo como a un rey!
Chuy: - ¿Pero quién es? ¿Y qué pasa?
Sabrina:- ¡Después te explico, que no le falte nada! ¡Yo voy a dar el aviso en cocina, para que se esmeren en la pizza!
Sabrina: - Marchando su té. ¿Y para comer qué desea? Puedo hacerle algunas reconmedaciones de la carta...
Soraya: - Hola, llevo ya esperando un rato y nadie me atiende. ¿Hay alguna mesa libre?
Sabrina: - Busque usted misma... ¿o no tiene ojos? Vamos, Chuy, date prisa necesitamos langostinos para la pizza del señor...
Soraya: - Upps...
Sabrina: - ¡Pietro, tienes que preparar la mejor pizza que hayas preparado en tu vida! ¡Tenemos al inspector de restauración sentado ahí fuera!
Pietro: - ¡Mamma mía!
Sabrina: - ¡Chuy! ¡Enciende el horno! Yo misma me encargaré de hornear la pizza...
Soraya: - Perdone pero...
Sabrina: - ¡Aún está usted ahí de pie! ¡Qué pesada! ¡Allí al lado del baño tiene sitio!
Soraya: -  Upps
Soraya: - ¿Me puedes traer una coca cola?
Sabrina: - ¿Usted no tiene espera? ¡O se espera o si tiente tanta sed, se va bebiendo el agua del jarrón!
Soraya: - Ufff, ¡qué peste! Cómo habrán puesto esta mesa aquí...
   Sabrina metió la pizza en el horno pero el tiro de la chimenea no estaba bien y de repente una humareda salió. Con el fin de evitar que saliera en dirección al supuesto cliente misterioso, Sabrina dirigió el humo con la paleta hacia la izquierda, dejando casi asfixiada a la clack que estaba sentada junto al baño.
Sabrina: - ¡Su pizza, señor!
Soraya: - ¿Podría abrir una ventana? No puedo respirar bien aquí. Jhum, ejhjum...
Sabrina: - ¡Pero mire que es usted delicaita! Se ha propuesto llamar la atención hoy.
Pietro: - ¿Qué tal está la pizza? ¿Le está gustando?
Sabrina: - ¿Desea unas patatitas o algo más para acompañar?
Cut: - Una copita de champagne no estaría mal... Y si pudieran traerme la carta de los postres...
Soraya: - ¿Y mi comida para cúando? Una hora y todavía no me han traído ni la bebida...
Sabrina: - ¿Qué le apetece? ¿Tarta de queso y arándanos? ¿Bizcocho de chocolate? ¿O helado de mousse de fresa, especialidad de la casa?
Soraya: -Discriminación selectiva entre los clientes... Todos los empleados de este local parecen estar locos...
Sabrina: - ¿Y qué? ¿Le gusta el local?
Cut: - ¡Oh sí! El trato es estupendo.
Sabrina: - ¿Sólo estupendo?... Dígame, ¿qué más desea? Nuestro lema es: Satisface todos los deseos del cliente...
Sabrina: - ¿Un masajito?
Cut: - Pues un masajito no me vendría mal ahora que lo dice, hehe...
Soraya: - Perdón, pero esta pizza no es la que había pedido y le dije que sin queso, que soy alérgica...
Sabrina: - ¡No nos queda otra! ¡Y si no quiere queso se lo quita con la mano! ¡Vaya una exquisita!
Sabrina: - Relájese...así...
Cut: - Mmm... ohhhh... sigaaaa, por favor... Mmmm...
Soraya: - ¡Esto es inaudito!
Sabrina: - No tiene que pagar nada. Hoy le invita la casa. Espero que haya disfrutado de todo y sepa corresponder nuestro trato con una buena valoración...
Cut: - ¿Buena valoración?
Sabrina: - Ya sabe... Cliente misterioso... ;-)
Cut: - ¿Cómo? ¿Pero conoce mi identidad secreta?
Sabrina: - Bueno, yo tengo muy buen ojo para estas cosas, pero no se crea que por eso lo hemos tratado mejor... Puede estar tranquilo será un secretito entre los dos...
Soraya: - No me lo puedo creer... ¡Pero qué descaro el de esa empleada!
Cut: - ¡Adiós, preciosa!
Sabrina:- ¡Vuelva cuando quiera!
Sabrina: - Se marcha ya, pedorra.
Soraya: - ¡Por supuesto que me marcho! Y no me voy con las manos vacías. Me voy con un informe sobre el trato a los clientes, el descaro de alguna empleada y la mala educación de sus camareros. ¡Pienso cerrar este local!
Sabrina: - Pero usted es... el cliente misterioso... ¿Entonces él...?... Upps...
Sabrina: - ¡Espere no se vaya así! ¡Perdone! ¡Yo pensaba qué! ¡Con esas pintas que me trae!... Pero... ¡Puedo prepararle otra pizza! ¿O le apetece un helado? ¿Y un masajito?... Uppssss...
Unas semana después...
Jefe: - ¡Qué has hecho, Sabrina! ¡Me cierran el local! ¡Lo cierran! ¡Una multa de 30.000 cleuros! ¡Ayyy!
Sabrina: - No se ponga así... Esa inspectora era una bicha... La tratamos lo mejor posible y mira cómo nos lo paga...
Cutreman: - Hehehe...
Jefe: - ¡Es mi ruina! ¡Mi ruinaaa! ¡Adiós a este local!
Sabrina: - No se sulfure, la vida sigue... Y hay que tomarla como viene...
Jefe: - Pero por qué tendré tan mala suerte... Todos los negocios me salen mal... AHHHHHHHHHHH...
John: - Da pena verlo así cerrado con esa cadena...
Sabrina: - Sí... Esta noche se cierra otra etapa de mi vida... Echaré de menos el ganar mi propio dinero para mis caprichos y no tanto a mis compañeros... ¿Sabes? Eran unos envidiosos y me tenían manía desde que me eligieron encargada. Es lo que tiene el poder y ser una clack rubia y guapa como yo, siempre he despertado muchas envidias... En fin, tendré que resignarme a ser mantenida por ti de nuevo...
John: - No te preocupes. Conmigo nunca te va a faltar nada, Sabrina. Aunque tenga que trabajar más y aceptar misiones fuera de Wensuland para pagar esos caprichitos...
Sabrina:- ¡Oh, John! Te agradezco que cumplas con tu obligación de mantenerme... Para eso soy tu novia... Por cierto, he visto unas botas ideales por internet...
John: - ¿Te las comprarás con el finiquito?
Sabrina: - Uy, no, el finiquito ya lo tengo gastado en una sesión de spa... Si me las compraras...
John: - ¿Cuánto cuestan?
Sabrina: - Sólo doscientos noventa cleuros. Están en rebajas...
John: - ¡Doscientos noventa cleuros!
Sabrina: - Bah, cari...
John: - Upps... Doscientos noventa cleuros...
Sabrina: - Que estoy muy triste de no sentirme útil... Debo tener un gafe...
John: - Ainsss... Está bien...

Cutreman: - Hehehehehehe
FIN

8 comentarios:

  1. Menuda listilla es ésta Sabrina!! una rompetechos en toda regla. Me han encantado los cleuros!! la monedas y los billetes son lo más. Jope que cantidad de detalles, y la historia te sumerge totalmente!! Es que no hay que dejarse llevar por las apariencias.. Besos!!

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  2. Gracias, Marta. Me alegra mucho que te haya gustado. Besos

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  3. Debo reconocer que esta noche hemos cenado pizza en casa porque se me ha antojado después de leer la historia, ¡me daba el olorcito mientras leía la historia! Sabrina se lo está montando muy mal, y me da pena por ella, pero... no sé si se merece al buenazo de John, que es un solete, imagino que ella de algún modo compensa tanto esfuerzo que este hace para que se sienta feliz, como ese último caprichito de las botitas... El papel que ha jugado como encargada no ha podido ser más nefasto. Pase que Fatu y los ratoncitos no cumplen estrictamente las normas habituales de los establecimientos de comida, pero es una chica tan buena y tan simpática que esos gustos suyos no hacen mal a nadie; y qué mala compañera ha demostrado ser con todos, con el pobre Chuy, con Pietro, que daba de comer a todos esos animalitos, ¡si en los locales de comida cuando esta se enfría ya no sirve para nada y de todos modos hay que tirarla! Al final, con el lío de la inspectora hasta el local ha cerrado, y ahora todos están de patitas en la calle, qué pena, con lo bonita que se veía la pizzería; un poco explotador el jefe, las cosas como son, que después de todo es el último responsable de lo que ha pasado, ¿es que no sabe que no se puede dirigir bien un negocio si no es estando al pie del cañón? ¿es que no ve "pesadilla en la cocina"? (que por cierto, daría un juego estupendo en versión click :-)

    El caso es que la historia me ha encantado desde la primera foto, me he metido por completo en el ambiente pizzero, y ahora espero ver cómo siguen las historias, con esta Sabrina que no termina de enderezarse. ¡Gracias por la historia, Inma!

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    1. Jajajajajajaja, me hace mucha gracia la capacidad de sugestión que dices que tiene esta historia con la pizza o de las historias de las monjitas con sus dulces. Estoy segura de que estaba deliciosa esa pizza.
      Pues Sabrina debe compensar en algo sí a John, será muy cariñosa o no sé, porque él está loquito con ella o simplemente ya sabes eso de que el amor es ciego. Pero en cualquier caso, me da que Sabrina no lo valora lo suficiente.
      Se ha portado realmente mal con sus compañeros. Y al fin y al cabo lo de Fatumata era un antojo y no molestaba a nadie aunque fuera muy asqueroso.
      Pues tienes razón el jefe no ha estado al pie del cañón. Y sí un porgrama de Pesadilla en la cocina en versión click molaría. Buena idea.
      Muchas gracias por tu comentario, un abrazote

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  4. Que divertida, Inma. Que risa cuando maltrata de esa forma a Soraya, la inspectora, y tan bien a Cutreman jajajaja. Cuando sale el motero del baño y le viene todo el pestazo, con el humo, cuando le dice que se quite ella misma el queso, que se beba el agua del jarrón...pufff, que risas. Luis me miraba sorprendido al escucharme reír :-) Que mala que puede llegar a ser Sabrina...que pena me da Fatu. Que risa cuando dice que tiene los ratones para picar entre horas jajajaja. Bien merecido tiene que le cierren el local, por ser tan mal jefe. Siempre le salen mal todos los negocios. Otra vez Sabrina desperdicia otra oportunidad para rehacer su vida. Tenía buenos compañeros, un buen puesto de trabajo y todo lo a tirado por la borda por su mala actitud (además de ganarse unos enemigos más). Por si todo ese desastre fuese poco, va y le pide unas botas carísimas y le dice "claro, para eso soy tu novia", que buenazo es John. Una historia con todos los ingredientes para convertirse en un clásico, personajes divertidos, diálogos desternillantes, fotografías preciosas, customs muy bonitos, muchísimos detalles...no sabes cómo echaba de menos tus historias, esta es 100% Duclack. Ya veremos que nuevos derroteros toma Sabrina...

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    1. Sabrina es única. Parecía ya reformada pero en el fondo siempre será la misma Sabrina, un poco más sentada, pero un poco bicho. No piensa en las consecuencias cuando hace algo, sólo piensa en ella misma. Y en John ha encontrado al click perfecto para ella. Esperemos que no se canse de ella o que la madre de él, para la cual Sabrina no es santo de su devoción, haga algo para soliviantarlo y que se rebele. Un besoteeee :-)

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  5. Me he leído esta historia completa y cada vez le cogía más manía a Sabrina. Es una aprovechada, una mala persona, una envidiosa y una desagradable. Por mucho que lo intente, su nefasta personalidad nunca se remedierá. Me da mucha rabia que John le satisfaga todos los caprichos, es tonto perdido, con perdón. Espero que pronto se dé cuenta del tipo de mujer que tiene a su lado. Pobres todos los empleados de la pizzería. Con lo buenas personas que eran y justamente han tenido que sufrir la malicia irremediable de Sabrina. No obstante, ha sido una historia muy divertida. Me ha hecho mucha gracia que al final Soraya fuese el cliente misterioso... Me lo imaginaba desde que entró en el local. ¡Gracias por divertirnos así!

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    1. Me alegra haberte hecho pasar un rato divertido. Ya te imaginabas que era Soraya, jajajaja. No hay que dejarse llevar por las apariencias.
      Sabrina es muy petarda. No es la primera vez que la lía. Siempre mete la pata. Pero esta vez había un poco de malicia. Y John tienes razón de bueno es tonto. Es una marioneta en sus manos. El amor a veces ciega tanto a las personas... Ainss. Un besitooooo

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